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Confesiones de un DCFanático
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Bienvenido a mi morada: Soy DCFan, un aficionado a los cómics de DC y a la literatura de ciencia ficción y este es mi blog.
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Robert Kirkman, la gran esperanza blanca del cómic de los superheroes
Esta divagación iba a llamarse al principio “El Espacio siempre es limitado”
Necesito un cuarto especial como el que tiene o tenía Superman en su Fortaleza de la Soledad. Los más entendidos de este personaje sabrán de qué les hablo: De un cuarto cuyo interior vulnere las leyes de la física y ofrezca un espacio ilimitado para guardar cosas, en mi caso cómics.
Año tras año de acumular cómics en mi casa desde antes que aprendiera a leer ha provocado que en mi casa literalmente no haya sitio para más cómics.
De momento estoy tomando medidas para hacer huecos por ahí y por allá, como donar algunas colecciones a la biblioteca pública de mi barrio.
Esto de la falta de espacio me ha venido bien para seleccionar más lo que me compro y lejos queda la época en la que era un comprador compulsivo que se compraba con quince años -ahora tengo 30- todos los cómics de Mutantes, todo lo de Spider-man, algo de colecciones sueltas de Marvel publicadas por Forum y casi todo lo de Zinco.
Quizás por desgana y ver cómo los cómics de superhéroes no evolucionan y lo más destacado es obra de un tal Robert Kirkman, cuyos guiones tienen la virtud de reciclar ideas viejas para presentarlas como algo nuevo, los cómics de este género han sido los más perjudicados en este recorte de las colecciones o cómics sueltos que me hago cada mes.A mi me gustan los cómics de superhéroes, y mis primeras lecturas de este medio (aparte de la Saga de los Aznar, el Flash Gordon de Dan Barry o Mortadelo y otros personajes de la factoría de Bruguera como el Reportero Tribulete o Anacleto, agente secreto) fueron el famoso episodio de las drogas de Spiderman en su versión Bruguera y un cómic de Superman de Novaro, pero hay algo en los tebeos de ahora que no me termina de convencer.
Por un lado, algunos cómics clásicos son remozados con una pátina de supuesta modernidad e independencia que los hace parecer más adultos y sin embargo, tras esa fachada no tenemos nada más que la típica historia pulp (eso son, al fin y al cabo, los cómics de superhéroes: la literatura pulp aplicada a las viñetas) mejor o peor hecha. Y lo peor de todo es que esos cómics finalmente terminan siendo un cómic de superhéroes que pide perdón por ser un cómic de superhéroes.
Por ello, en mi opinión, los cómics de superhéroes de guionistas como Brian Michael Bendis, Erik Larsen, Geoff Johns o Kurt Busiek son más sinceros y respetuosos tanto con el género y su historia pasada o futura como con el lector aficionado a los cómics protagonizados por tipos en mallas. Y aun así, si exceptuamos los cómics de superhéroes publicados por editores independientes, como Invencible o Savage Dragon, el resto de publicaciones editadas por las grandes sufren un evidente estancamiento (por mucho que sean buenos o malos cómics) del que es difícil salir.
Los motivos de ese estancamiento vienen motivados por que las dos grandes editoriales de cómics de superhéroes (Marvel y DC) han pasado en unas décadas de estar dirigidas por editores, que mal o bien conocen el medio en el que trabajan, a estar dirigidas por ejecutivos de multinacionales cuya mayor ocupación es cuidar sus productos para que la franquicia en cine, televisión o mercadotecnia continúe siendo rentable.
Por otro lado, los guionistas que trabajan a sueldo de los grandes, en cómics que no son de creación propia, cada vez lo tienen más complicado para insertar ideas nuevas en unos cómics controlados y “protegidos” en lo creativo desde las altas instancias que no ven con buenos ojos los cambios en unos personajes o situaciones reconocibles por el gran público que en su vida se ha leído un cómic, pero sí conoce lo básico de cada personaje gracias a las adaptaciones realizadas en otros medios como el cine o la televisión.
Y también los lectores tenemos algo de culpa en esto, pues para muchos los clásicos apenas tienen poco más de una década y desconocen todo lo bueno (y malo) que nos ha dado la historia de este género.
De esta manera, apenas sigo mensualmente cuatro cómics de superhéroes (Spiderman de Strazinski, Los 4 Fantásticos, Savage Dragon y Flash) y el resto lo dedico a cómic europeo que oscila entre lo más popular de Bonelli a lo más independiente como la reciente y satisfactoria lectura de [i]Caballero de Espadas de Luis Durán.
En próximas divagaciones, ya os hablaré de mis opiniones sobre el cómic europeo o el independiente. Por desgracia de Manga no puedo hablar, porque nunca he sido un entendido de este género y apenas leo obras de esta temática.
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Acabo de ver y leer en varios medios de información la noticia de la presentación en el festival de cine de Sitges de la película Una Historia violenta, dirigida por David Cronenberg. Como es una película “seria” y evidentes pretensiones intelectuales ha sucedido igual que en otras ocasiones (véase el caso de Camino a la Perdición) que se ha estrenado una película basada en un cómic y se ha omitido este hecho, o se ha comentado ligeramente que estaba basada en un eufemismo llamado “novela gráfica”, por ello de que queda feo que se diga que su original fue un cómic, no sea que a los realizadores de la película les digan desde que han realizado un producto de baja calidad o directamente infantiloide o que el público general decida no ir a ver la película por las mismas razones.
El cómic es un arte joven y le queda todavía mucho camino por recorrer para que reciba el merecimiento que se merece como género que ha aportado obras de arte capitales a la altura de las mejores películas, canciones o novelas y sería justo promover el cómic para que esto no ocurriera (aunque si luego les enseñamos el último álbum de Axterix poco tendríamos que hacer).
Pero esta sensación de sentimiento de inferioridad de géneros minoritarios con respecto a los “grandes” por desgracia se da también en la literatura de ciencia ficción y resulta chirriante el caso de Minotauro, una editorial especializada en publicar novelas de ciencia ficción y fantasía, con la novela Crónica de Tierra 2 (una novela más que digna protagonizada por robots asimonianos) al tratar de disculparse ante los “lectores más serios y respetables” de publicar una novela de ciencia ficción en un texto escrito en la contraportada donde venía a poner más o menos que la novela era de ciencia ficción, pero ese marco era utilizado como una excusa para hablar de temas que nos interesan sobre la condición humana. Triste si a estas alturas incluso los editores de cómics o de literatura de ciencia ficción tienen que disculparse por publicar lo que publican.
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Me he embarcado en la redacción de un guión para un cómic.
Todo lo que comentan de los tópicos del miedo a la "hoja en blanco", etc... es cierto.
Dicen que la labor de un guionista es bastante solitaria, casi comparable a la soledad del corredor de fondo, pero tampoco tanto.
Siempre hay gente que se lee el guión para dar su opinión, aportar ideas, realizar críticas sinceras... Y se agradece dicho apoyo.
El guión está prácticamente terminado a falta de escribir las últimas 7 páginas.
Espero dejaros en este guión buenas noticias al respecto.
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